Me llamo Nidaa, fundadora de Néda, una marca que reúne mis raíces iraníes, chadianas y francesas. “Néda” es mi nombre en farsi (persa), el nombre que mi familia en Irán usa para llamarme. Además, es de mi madre y de mi cultura iraní de donde proviene mi pasión por las alfombras. De hecho, recuerdo que al regresar de nuestros viajes a Irán, estábamos cargados como mulas en el aeropuerto con una multitud de alfombras. Sin embargo, nuestra casa ya estaba saturada, ¡pero qué se le va a hacer, pasión por las alfombras después de todo!

Chad, otra fuente valiosa de mi herencia, me ha impregnado de su omnipresente artesanía, ya sea en telas, cestas u otras creaciones artesanales. Estas influencias multiculturales han nutrido en mí una pasión por la artesanía, una pasión que deseo compartir a través de Néda.

Néda también encarna un fuerte compromiso con la “decoración lenta.” Creemos en un consumo reflexivo y sostenible, lejos del actual consumismo excesivo. Todas nuestras piezas no solo son únicas, sino también eco-responsables. Priorizamos los materiales nobles y naturales de alta calidad, tales como la lana, el algodón y otras fibras provenientes de la naturaleza.

Nuestros productos son el resultado de procesos respetuosos con el medio ambiente. A diferencia de las producciones a gran escala, priorizamos los circuitos cortos, trabajando directamente con los artesanos para garantizar la calidad y el respeto por la Tierra. Este enfoque nos permite ofrecerle objetos que no solo embellecen su interior, sino que también respetan nuestro planeta.